El dolor de espalda no es, ni mucho menos, exclusivo de aquellos trabajos que requieren una elevada exigencia física. Prueba de ello es la cantidad de esta recurrente afectación que padecen los empleados que desempeñan sus tareas en una oficina. Tal es la incidencia de este dolor que una investigación asegura que un tercio de los trabajadores de oficina experimentarán dolor de espalda en un período de 12 meses.
Si trabajas en una oficina, probablemente pasarás gran parte de tu tiempo sentado, lo cual puede afectar a tu columna vertebral y a sus tejidos de soporte. Muchas personas asumen que sentarse es bueno para la espalda, pero esto no es necesariamente cierto. Esta práctica llevada a cabo durante períodos largos es perjudicial para la espalda porque comprime la columna vertebral. Cuanto nos sentamos durante mucho tiempo, la columna vertebral permanece en un estado de aplastamiento donde los discos invertebrales están comprimidos y muy juntos. Sin embargo, tenemos buenas noticias para ti porque en Oficox, donde la semana pasada te contamos las claves para diseñar una zona de descanso en la oficina, te vamos a ofrecer una serie de precauciones para trabajar con seguridad en la oficina.
Evalúa la ergonomía de tu silla de oficina
Para evitar el dolor de espalda, debes usar una silla de oficina de alta calidad y ergonómica. Según un estudio, el trabajador promedio de oficina se sienta de cuatro a nueve horas cada día. En el transcurso de un año, eso se traduce en 67 días sentado. Si tu silla de oficina no está diseñada ergonómicamente, todas estas horas que pasas sentado pueden derivar en dolores de espalda.
Pero, ¿sabes si tu silla de oficina está diseñada ergonómicamente? Ergonomía se refiere a un producto o lugar que está diseñado para satisfacer las necesidades de un trabajador humano. En cuanto a las sillas de oficina, las características ergonómicas incluyen un soporte inferior para el apoyo lumbar, una altura ajustable, un sistema de ruedas rodantes de cinco puntos y un fondo de apoyo. Si tu silla de oficina carece de estas prestaciones, muy probablemente sufrirás dolores de espalda o malestar, por lo que deberías pensar en reemplazar dicha silla.
Utiliza los apoyabrazos de tu silla de oficina
Sumiendo que tu silla de oficina tiene reposabrazos, usarlos te ayudará a estabilizar tu columna vertebral para que sea menos susceptible de sufrir dolores o lesiones. Los apoyabrazos no sólo sirven para apoyar los brazos y los codos, sino que son útiles también para equilibrar la columna vertebral. Puedes hacer la prueba tú mismo y sentir cómo cuando retiras los brazos de su apoyo los hombros caen inmediatamente y los columna comienzan a comprimirse.
Las investigaciones al respecto demuestran que el uso del apoyabrazos de una silla de oficina puede reducir la cantidad de peso colocado sobre la columna vertebral del trabajador hasta en un 10%. Desafortunadamente, no todos los oficinistas lo usan. Descuidar este asunto provoca un aumento de la cantidad de peso que recae sobre la columna vertebral, lo cual contribuirá a la aparición de dolores de espalda.
Usa el calzado adecuado
Los zapatos que uses para la oficina pueden afectar tu susceptibilidad al dolor de espalda. La mayoría de las empresas tienen códigos de vestimenta que requieren que los empleados lleven un tipo específico de atuendo, como puede ser un traje formal o un estilo más informal. Como consecuencia, muchos trabajadores de oficina no eligen zapatos cómodos y de apoyo adaptativo. Escogen su calzado en base a las directrices de su empresa y no en base a la salud de su espalda.
Con esto no queremos decir que no cumplas con los códigos de vestimenta de tu empresa, sino que elijas un calzado que vaya en esa línea pero que también respetes tu comodidad y salud. Un buen zapato ayuda a sostener los pies y estabilizar la columna vertebral. A cada paso que das, la función de un calzado idóneo es la de absorber parte del impacto de esa pisada. Si tus zapatos están mal diseñados o desgastados, no podrán realizar esta función.
Si eres mujer, considera usar zapatos planos formales o semi-formales en lugar de tacones altos. Diversos estudios confirman que el 71% de las mujeres que llevan tacones sufren dolores en el pie. Si eres hombre, tendrás un poco más de libertad con respecto al calzado. Desde oxford hasta derbies, pasando por mocasines o botas de vestir. Recuerda, aunque parezca una evidencia, elegir zapatos con el tamaño adecuado a tu pie porque, de lo contrario, podrías tener molestias que se manifestarán con dolor de de pie y de espalda.
Ponte de pie y camina
Olvídate de estar todo el día sentado. Incluso si usas una silla de oficina de alta calidad y ergonómica, debes adquirir el hábito de ponerte de pie y caminar periódicamente para reducir tu riesgo de dolor de espalda. Demasiados trabajadores de oficina rara vez o nunca se ponen de pie después de sentarse en su zona de trabajo. Sólo se levantan cuando es la hora del descanso o el final de la jornada laboral.
Al levantarte y caminar, reducirás la cantidad de presión sobre la columna vertebral, lo que puede reducir el riesgo de desarrollar dolor de espalda. Cuando estás sentado comprimes la columna vertebral unas tres veces más que estando de pie. Si te preocupa el dolor de espalda, trata de ponerte de pie y caminar durante al menos cinco minutos cada media hora. Este pequeño gesto te ayudará a aliviar la presión sobre tu columna vertebral.
Esto ha sido todo por hoy pero la próxima semana volveremos con más consejos para reducir las posibilidades de sufrir dolores de espalda en la oficina. Y es que, como ya sabes, en Oficox nos preocupamos por la salud de la sociedad en general y de los trabajadores de oficina en particular. Si necesitas información acerca de nuestros productos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.